La
larga línea amarilla pintada en un mapa del S XVIII, es la Calle Yanacocha de
la Ciudad de La Paz. Fue pintado por Florentino Olivares, para rememorar el cruento
sitio al cual fue sometida (1.781). En esa época se llamaba la “Calle de Santo
Domingo”, por la iglesia que se encuentra en su recorrido. Comenzaba a orillas
del Río Choqueyapu (en a), y subía desde este tapial[1]
inicial hasta el otro que estaba al final (en b). Ambos marcaban en ese
entonces, los límites de la ciudad.
Pues bien, por
esta calle me decidí a navegar, de principio a fin y aún más allá, para ver si algo
queda de la arquitectura colonial: ¡Usted dirá!
PRIMERO LAS VISTAS DE “a”
a “b”.
Este
el inicio de la Calle. Estamos en el punto “a”. De aquél entonces, hoy no queda
ni el tapial ni el cenizal. Esta palabrita derivada de cenizas, tiene un
significado especial. Indica el lugar aledaño al rio, donde se echaba la basura
y donde la gente que no tiene sirvientes hace sus necesidades y donde se
botaban las palanganas de los que si los tenían. ¡Total, el río hacía desaparecer las
ofensas! Recién en 1.913, la Alcaldía solicitó al Ing. H.J. Bingham Powell. un
estudio para consruir un alcantarillado.
Hoy
es una esquina soberbia, pues en ella se levanta uno de los más importantes
edificio de la Ciudad.
Un
poquitín más arriba, se distingue el edificio amarillo del Ministerio de
Trabajo, construido en la primera mitad del S XX. Acerquémonos:
Al
frente del ministerio, se encuentra el tétrico edifico que el MNR (1952-1964), utilizó
para detener y torturar a los presos políticos: El “Control Político”. Aquí
danzaron de dolor nuestros padres y abuelos. En la actualidad es utilizado por
la Facultad de Tecnología de la UMSA, siempre y cuando cesen los lamentos.
Sigamos
subiendo, hasta llegar a la esquina de la Calle Comercio. Esta casona, algo más
viejita, muestra la influencia de la arquitectura francesa de fines del S XIX e
inicios del XX.
En frente ala anterior casona, edificaciones afrancesadas que, a lo largo del
tiempo han venido “modernizándose”.
Un
poco más arriba, nos topamos con esta casa de la esquina (que antes ocupaba la
famosa Librería Bolívar), que carga balcones de aire francés. Al frente, al
otro lado de la calle, se ve el imponente edificio del ex Banco Central,
edificado por los liberales a principios del S. XX.
Ahora,
con ustedes la arquitectura francesa de la actual Fundación del Banco Central
(ex-Banco Central).
Hasta
que aparece la culpable del nombre de la calle: La Iglesia de Santo Domingo.
Este hermoso monumento colonial con una portada concebida y edificada dentro de
la corriente arquitectónica del “barroco mestizo”.
Si
bien su interior es neoclásico, su exterior está adornado por columnas
salomónicas que cargan, uvas, flores y piñas, que representan la naturaleza
americana, tan vinculada a los símbolos religiosos católicos (el “barroco
mestizo”).
Con
ustedes el Colegio Ayacucho. Inicialmente parte del Convento de Santo Domingo,
hasta Don José Antonio de Sucre, el Mariscal de Ayacucho, decidió convertirlo
en 1.825 “Escuela de Artes y Oficios”. Más tarde, en estas edificaciones,
funcionó, durante algún tiempo la Universidad Mayor de San Andrés.
Al frente el viejo edificio
de la Confederación del Trabajo de Bolivia (actual COB).
Y seguimos subiendo por
estas calles con balcones neoclásicos de principios del siglo pasado.
Por estas calles
estrechas que poco han cambiado
Hasta llegar a nuestro
punto “b”, final de la Calle de Santo Domingo, final de la ciudad. Ahí donde
usted ve ese edificio redondo de color blanco, empezará una nueva aventura.
FIN